LOS CUERPOS


EL CUERPO FÍSICO

Es el receptáculo del alma, lugar que debería ser considerado como un santuario.
Es la condensación más densa de nuestra energía, sin embargo nos identificamos con él. Creemos que somos el cuerpo.
Al calificarlo como un santuario, convendría cuidarlo como tal. No rendirle culto ni estar orgullosos de sus formas.
Comprender que sufre cambios, desperfectos, envejecimiento, enfermedades, perfeccionamientos.
Al pensar que somos sólo la figura corporal, nos aferramos a la juventud, tratando de prolongar su lozanía en cambio de vivir cada etapa con intensidad.
El cuerpo físico puede influenciar a la mente y la mente al cuerpo.
Físicamente estamos relacionados con el medio ambiente: cambios climáticos, el paso del tiempo, las estaciones, los astros, etc. Y esto afecta también las emociones.
El estado interno influye en forma directa al cuerpo: las emociones negativas, de temor, angustia, estrés, bronca, desestima, odio, se reflejan con enfermedades de todo tipo y la pérdida de la belleza.
La real belleza se encuentra en la armonía de las formas, tanto físicas como anímicas.
Cuando el organismo y la esencia están en concordancia, hay salud, vitalidad y gozo.
Hatha Yoga propone conseguir este estado de manera natural y sencilla.

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